En
algún momento nos arrastramos a la superficie.
Caminamos,
corrimos, nos trepamos, sobrevivimos.
Aprendimos
de la tierra, de ella nos alimentamos,
Le agradecimos. La veneramos, la amamos.
Quisimos
más, la poseímos, la quebrantamos.
Trazamos
líneas y por ellas nos peleamos. Nos adueñamos.
Juntamos
los frutos, aprovechamos los recursos.
Los
acaparamos, los cambiamos por las líneas que trazamos
y batallamos.
Invadimos,
negociamos, profanamos…nos olvidamos del amor.
Ahora
la tierra tiene nombres falsos
y
falsos dueños
y
falsos líderes que nos obligan a caer,
nos
volvemos, nos cuestionamos.
Lo
vivimos, nos culpamos, nos sometimos,
somos
el proyecto que funciona tal y como debe ser
y
de pronto como al principio, nos arrastrarnos otra vez…
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