¿Vamos? Quiero llevarte donde no hay luz eléctrica.
Donde no hay relojes, donde no hay arena para contar el tiempo, sino para pisarla y para que se meta en nuestros zapatos cuando rodemos por allí…Quiero que mires por el agujero de la madriguera y sientas el aroma fresco. ¿Lográs sentir el olor tierno de la vainilla? ¿Podés sentir el aroma a jazmín? Es que la madriguera te estaba esperando.
No hay límites allí, mi vida, no hay paredes ni fronteras. No hay electricidad para ver el informativo, pero cada vez que pises el estadio hay un gol uruguayo, está Nacional dando una vuelta y vos llorás de alegría parado entre la gente.
Hay frío para cuando quieras abrazarme, hay calor para que te bañes en el río cada vez que quieras…Hay música donde la busques, donde la necesites…donde quieras hay inspiración.
Está él que se fue hace tiempo, está ella acariciando tu pelo como hace años…están todos cada vez que mires al cielo, están de verdad, porque nunca se fueron de tu corazón.
No hay prisas, solo las del alma, las urgencias no existen, solo para amar sin perder un segundo.
La madriguera, amor. ¿La ves? Allí es donde quiero llevarte.
Yo no soy la dueña, y no hay Dios que maneje sus infinitas tierras, hay un solo dueño, hay un papel que lo dice todo, está todo escrito en los papeles en tu bolsillo. Vos sos rey en tu reino, la madriguera siempre fue tuya, fue tu andén donde marchaste creyendo tal vez que eras guiado por algún motor externo…pero el motor eran decisiones y ellas obedecían a tu nombre…
Ahora buscá la manera de entrar y viajar como más te guste…agarrá una mochila y salí caminando, no pierdas el tiempo tomando un barco, que así no se gana lo que se gana viviendo. Abrí la billetera y dejá que los pocos billetes vuelen por el aire y se conviertan en sonrisas compartidas en rondas de bebidas. Eso sí, mi vida, no vuelvas nunca a caer en el mundo de las marionetas.
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