Siento la voz que me habla,
ya no susurra…está en mí.
El eslabón se cierra y me
uno al cielo, a la tierra y giro como un anillo en el cosmos…
¡Estoy viva!
La marea me lleva y me trae…pero
no me ahoga. Me dejo ir, me refresco en sus olas.
Levanto las manos al cielo
y vibro con la libertad de cada hoja en el viento.
Me hundo hacia adentro y
así me elevo…agradecida y sonriendo.