Guantes de seda me coloqué para tocar tus pétalos
Tan finos, tan delicados, tan tersos como el viento.
Busqué una salida a tu laberinto pero solo encontré aromas
Que se levantaban hacia el cielo como escaleras de caracoles
Elevándome a lo alto.
Creaste un hechizo sobre las aguas y vi tu reflejo conmigo
Para siempre, sobre todo, para todos los tiempos…
Rompí tu varita mágica en mil pedazos pero tenías varias…
Eran tus uñas, eran zarpazos. Eran sogas para mis brazos.
Moldeé tu rostro de tantas maneras que olvidé la imagen
primera
Pinté tu verde con negro petróleo, y casi todos los azules
color sangre
Cambié los cantos por disparos y es que…mil disculpas, soy
humano.
Dejame escapar, medio mundo, mundo podrido.
Esto ya no es agua, eso ya no es río
No hemos comprado nada, y no es a lo que vinimos,
Tampoco se parece en nada a lo que era cuando vinimos.