Explícamelo ahora, como es que perdimos la identidad, las
tierras, los nombres, la simpleza.
Explícamelo ahora, todos estos años perdidos, engaños
acobijados con las manos de los padres que hoy me miran con la verdad a la cara
y la lloran.
Explícamelo ahora, toda la sangre seca que piso con mis
calzados sucios, y bebo en el agua que solía ser tan pura.
Explícamelo ahora, como es que se resume a una fecha de
traición, homicidio, engaño, robo…!
Explícamelo ahora, a quién reclamo mis orígenes cada vez más
livianos en la balanza del tiempo.
Explícamelo ahora porque todo sigue siendo engaño.
Explícamelo ahora, maestro, padre, autor, historiador,
hermano.
Explícamelo porque duele el consuelo del pasado al que
muchos se aferran, abrazando la ignorancia y oliendo a la misma decadencia que
se llenó los bolsillos con la extinción de una identidad.
¡Explícamelo! Mientras tanto, yo también lloro su sangre.
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