Una palada, dos, tres. Me entierro sin
esperar flores
Tu hipocresía.
Se apaga la luz, la tibieza,
solo me quedan
Tus manos frías.
Me besa la madera muerta como velo
hipnótico
Me rocía la tierra su aroma tétrico
Me desnudo
En mi alma vuela la verdad.
Sin nada me entrego
A la mediocridad de tu día a día
A la perfección absoluta y ficticia
Como tu vida fuera del orden pago
Y correcto, en el que yo
me siento incómoda
Víctima del modelo a seguir
Modelación.
Vaciamiento.
Me hundo con un plan
Entre las manos…
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