Aroma a tabaco y alcohol
Versos de un poeta en cuero negro
Pegado al micrófono, hipnótico
Y el mundo que gira junto a él.
Una voz que surge amarga y sensual
Desde el fondo de las entrañas
Ojos entornados a un interior desordenado
Y las lágrimas de saber que ahora, no volverá.
Lo envuelve el humo de su cigarrillo
Y en las luces tenues se forma un halo
Alrededor de su cabello negro
Se ven gotas de saliva saltar cuando recita
Un cinturón traumático marca sus caderas
El poeta vive allí en la historia
El cuero cruje a cada paso que da en mi memoria
Tuvo el poder de ser alguien y lo hizo con fuerza
Cantó sus reverberaciones y triunfó en locura
Y allí su imagen vuelve a repetirse
Bajo los reflectores, con los ojos cerrados
Muchas veces de espalda
Riendo como un rey, dueño de una era
Moviéndose, el dueño de mis fantasías.
El placer es todo mío, querido Jim
Yo tan solo puedo decirte que vuelvas algún día
Tengo el apetito infinito de que escribas melodías
El hambre continuo de que recites poesías.
El Rey Lagarto no ha muerto en mí
Solo juega a las escondidas.
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