jueves, 24 de junio de 2010

Extenuada de cargar días grises a mis espaldas

De ver las flores muertas en el piso desparramadas.

Pretendiendo seguir la con la vista fija en el camino

donde los árboles secos me sujetan en su abrazo frío.


Sintiendo como el tiempo pasa con un andar ruidoso

Y las catástrofes me siguen como un letal intruso.

Soy culpable de soñar demasiado en este planeta de realidades etéreas

Soy una fantasiosa innata en este planeta donde no hay realidades alternas.


El camino es engañoso diré y nadie realmente sabe lo que está esperando

Avanzar siempre implica un riesgo, de nada vale evadir el futuro y demorarlo

Y acá me encuentro ahora, en la madriguera del conejo cayendo eternamente,

Imaginando que vendrá, forjando un destino que me arrollará cruelmente.


No imprimas papeles, basta de estadísticas, de probablemente

Quiero vivir, soltarme al vacío y dejarme arrastrar por la corriente.

Nunca conocí nadie que midiera las consecuencias totales

Las acciones se guían por el corazón y nosotros somos sus peones.


Renuncio enteramente a lo que llaman cordura

Me apego constantemente a vivir en mi locura

de respirar con ahínco como si fuera el primer día

de caminar por el risco sabiendo que temer no es vida.