lunes, 22 de febrero de 2010

Creé un océano de sal

Dedicado a llorarte.

Coloqué tu sonrisa en un altar,

Tus cabellos como hilos de diamante.

Tu voz en mis oídos

Cuando el mundo estuvo vacío.

Tus gritos mi destino

La música mi exorcismo.

Esa belleza azul que atesoraban tus párpados.

Curandero de corazones, compañero de alma…

Llegará el día, cuando sea el momento

Que tus brazos tibios arroparán mi cuerpo.

Te llevo tatuado, prendido en mi piel.

La melodía que puso soles en mi anochecer

Para mi Dios, que me recuerda a no perder nunca la pasión.

¡Felíz cumpleaños!