martes, 8 de septiembre de 2009

Llaves en la cerradura



Esta noche el umbral se tornará más oscuro
Lejano a tus pesadillas, en lo
s susurros de las sombras
Cuando sepas con certeza que no estás solo
que al abrir la puerta tu hogar será una prisión
tal vez de pánico, tal vez de sangre, quizá de muerte.

Estás contando lo
s pasos al llegar,
las llaves tintineando en tu bolsillo.
Es casi un roce que escuchas a través de las paredes.
Un presentimiento y un nudo en el estó
mago de algo que jamás has visto,
que nunca has sentido en tu vida,
En tu cabeza cabe la posibilidad, incluso la certeza
Hay algo mirando a través del roble de la puerta
Afilando una dentadura amarillenta y hambrienta.

La llave que cae en la cerradura
con un estruendo en la tra
nquilidad de la noche
Lo puedes ver en tu mente,
su cuerpo en descomposición
ambos detenidos frente a frente,
como si la puerta fuera un espejo y tu su viva imagen.
Imagen de la vida y la muert
e, el antes y el después
Y el umbral…el umbral de la muerte.
Una vez que lo traspase
s te convertirás en él
un ser demente,
contaminado con la saliva del hambre por carne inerte.

La llave gira
una vez,
la llave gira por se
gunda vez,
mientras su cabeza se hace a un lado,
como un cachorrito que invita al juego
pero no es lo que eso tiene planeado.
Sabes que la tercer vuelta siempre te lleva hacia adentro.
Es empujar la puerta y estarás con eso…en mundos infinitos

Tal vez lo mejor sea dar la vuelta
Y olvidar que tuviste ese hogar
En el que te seguirá
n esperando
por siempre y por siempre, siempre…