miércoles, 19 de octubre de 2011

Disparos y flores...

Dónde están todas las gracias que te debo


La gratitud infinita por la belleza de tus besos mojados en mi calor solitario

La compañía en la mirada protectora de tus ojos cristalinos, transparentes.

Las aguas que me bañaron y las veces que sentí los sabores desde tu vientre.



Huecos en mi haber, tantas noches frías en compañía de la angustia

Frustración al no poder sanar tus cortes con saliva

Y quedarme a la deriva en perdición, en busca de mi propio perdón.

Es que las cuestiones vanas se disuelven en nuevas auroras

Pero las intensas persisten como dinosaurios prehistóricos

Aun bajo la tierra, sin dudas de su existencia.

Dinosaurios carnívoros son las batallas perdidas

Y nosotros de rodillas y a merced, implorando clemencia

Tiendo mi mano al olvido en tímida reverencia.



Dame una tregua, vida, no para mí, sino para ellos

Señores del abismo y soñadores de tantos sueños

Que las brumas de los pecadores de hoy no sea culpa de ellos

Ni de sus dedos acusadores en busca de escudos humanos

Encontrando en carne viva el corazón en sus manos

Porque quien dio vida no ve sangre, sino cariño

No ve dinero, no ve propiedades más que un camino

Ese que te lleva a su propio ritmo, despacio en milonga hasta el cielo partido

En lágrimas doradas que rasgaron tus balas con atino

No vengas a llorar mañana, simplemente no lo hagas

Las palabras son las flores de hoy, las flores de la muerte estarán enterradas

Bajo la tierra no habrá abrazos, porque en tu alma no queda nada.




•“Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas.”


EL PRINCIPITO.

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